LA MÚSICA COMO TERAPIA
LA MÚSICA… MUCHO MÁS QUE UN PASATIEMPO
Muchas veces menospreciamos la música y la utilizamos como fondo para hacer otras cosas, como ordenar la habitación o salir a correr. Pues no sólo tiene esta función la música, sino que además de ser una fuente con la que nos entretenemos, puede llegar a ser una de las mejores herramientas complementarias dentro del área terapéutica (Moltrasio, Detlefsen & Rubin, 2020).
En concreto, esta especialidad del arte puede ser de gran ayuda para personas que padecen la enfermedad del Alzheimer, que consiste en un trastorno neurodegenerativo progresivo e incurable hasta el momento (Carrasco, 2009). Existe un gran número de neuronas conectadas en nuestro cerebro, gracias a las cuales se realizan los procesos como la atención, la memoria, la motricidad o el procesamiento del lenguaje. Además de esto, la música que escuchamos estimula las neuronas y provoca circuitos asociados emociones como recompensa (Augé, 2000).
Tanto la música como la medicina han ayudado a que el ser humano se desarrolle, ya que ambas han influido en las emociones, en la conducta y en el propio organismo. Son, en consecuencia, aptas para su utilidad con el fin de mejorar el estado de las personas neurológicamente. Es así, como se origina la “musicoterapia” (Mercadal-Brotons y Augé, 2008).
Dentro de la musicoterapia podemos encontrar diferentes tipos de ésta:
1. Musicoterapia activa: el paciente participa cantando o emitiendo sonidos, realizando movimientos, componiendo, etc.
2. Musicoterapia pasiva: el paciente ha de escuchar música, sin utilizar ningún instrumento ni movimiento.
3. Musicoterapia mixta: consiste en un punto medio entre la musicoterapia activa y la pasiva.
4. Musicoterapia receptiva: se basa en el resultado obtenido de escuchar música en el paciente, por ejemplo, cuando escucha música vibro-acústica.
5. Musicoterapia creativa: este tipo de terapia permite crear música nueva a través de ritmos con voz, movimientos corporales o instrumentos musicales (Sagasti y Bernaola, 1998).
REFERENCIAS
Augé, P.M. (2000). Visión general y teoría de la musicoterapia. En M. B. Toro, Fundamentos de musicoterapia (pág. 289). Morata.
Martín-Carrasco,
M. (2009). Biomarcadores en la enfermedad de Alzheimer: definición,
significación diagnóstica y utilidad clínica. Psicogeriatría, 1(2),
101-114.
Mercadal-Brotons,
M. & Augé, P. M. (2008). Manual de musicoterapia en geriatría y
demencias. Monsa-Prayma.
Moltrasio, J.,
Detlefsen, M. V. & Rubinstein, W. (2020). La música activante favorece los
recuerdos visuales en pacientes con demencia tipo Alzheimer. Neurología
Argentina, 12(3), 186-193.
Sagasti, T. y Bernaola, B. (1998). La Musicoterapia y la enfermedad de Alzheimer. Música, Arte y Proceso (6), 37-48.

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